3C TIC. Cuadernos de desarrollo aplicados a las TIC. ISSN: 2254 – 6529 Ed. 40 Vol. 11 N.º 1 Marzo - Junio 2022
226 https://doi.org/10.17993/3ctic.2022.111.223-249
1. INTRODUCCIÓN
Los avances en la electrónica y en los sistemas de comunicación, especialmente en la comunicación
inalámbrica, han favorecido la movilidad de los dispositivos y los servicios ubicuos con el n de permitir
el acceso a los recursos desde cualquier lugar, en cualquier dispositivo y en cualquier momento,
impulsando la necesidad de interconectar el mundo físico con el cibernético, promoviendo la aparición
de los Sistemas Ciberfísicos (CPS) y, consecuentemente, del IoT, donde la utilidad de los dispositivos
no se limita a conectar a los usuarios a Internet, sino a desempeñar un papel activo dentro del mundo
ciberfísico, gracias a sus capacidades de mejora (Singh et al., 2019).
El IoT es reconocido como un cambio de paradigma en donde todas las “cosas” están conectadas a éste,
gracias a la integración de múltiples dominios como redes de computadoras, Redes Inalámbricas de
Sensores (WSN), Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), Informática distribuida y ubicua,
análisis y procesamiento de datos, Big Data, Inteligencia Articial (IA) y aprendizaje automático, entre
otros (Singh et al., 2019); lo anterior, permite que los objetos puedan recolectar, procesar y comunicar
datos sin necesidad de la intervención humana. Por consiguiente, se ha presentado un crecimiento
exponencial del IoT, debido a la miniaturización del hardware, la fabricación de sensores de bajo coste,
sistemas integrados y actuadores, especicación y estandarización de protocolos de comunicación; lo
cual, ha convertido al IoT de una idea abstracta a una realidad que incrementa signicativamente el
despliegue de sensores (Pattar et al., 2018). Actualmente, el IoT es considerado un factor vital en la vida
diaria, ofreciendo múltiples soluciones en diferentes ámbitos como en: el área de la salud, el comercio
minorista, el tráco, la seguridad, los hogares y ciudades inteligentes, la agricultura inteligente y de
precisión, entre otros (Farooq et al., 2020), permitiendo el desarrollo de una infraestructura digital con
potencial impacto en el desarrollo sostenible a nivel global.
En el entorno agrícola, el IoT es utilizado principalmente para lidiar con la recolección distribuida de
datos de los entornos agrarios, dirigiendo a los agricultores con información dinámica de los campos de
cultivo; lo cual, resulta en un aumento de la productividad y el ahorro en las materias primas, insumos