3C Empresa. Investigación y pensamiento crítico. ISSN: 2254-3376 Ed. 42 Vol. 9 N.º 2 Mayo - Agosto
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https://doi.org/10.17993/3cemp.2020.090242.73-105
crear lealtad del cliente al tiempo que reduce los riesgos relacionados con las partes interesadas (Tetrault
y Lvina, 2019).
Este constructo se basa en el buen hacer, es decir, en el cumplimiento de las promesas que realiza
cualquier organización como respuesta a las expectativas de los grupos de interés (Ponzi et al., 2011). Por
lo tanto, sería el resultado de las interacciones de una empresa con las partes interesadas (Fombrun y Van
Riel, 2004) que se forma con el tiempo y le permite diferenciarse de la competencia. En este sentido,
una de sus principales características es que acentúa el mérito del comportamiento organizacional a
la diferenciación (Deephouse y Carter, 2005). Es decir, desde el punto de vista estratégico, es un activo
diferenciador de gran valor para las organizaciones que crea posibles barreras de entrada para potenciales
competidores (Feldman et al., 2014), mejora la capacidad de adquirir recursos (Hall, 1992), y por tanto,
es determinante para el éxito de la organización.
La capacidad de empatizar con las partes interesadas, de responder efectivamente a sus demandas y de
colaborar en la creación compartida de valor, son factores esenciales que conducen a la obtención de
reputación corporativa (Barlett, Pallas y Frostenson, 2013).
Una empresa con una reputación corporativa favorable puede atraer inversiones y empleados altamente
calicados, tener una ventaja de costos, mejorar el desarrollo de nuevos productos y tener clientes más
leales (Martínez y Rodríguez, 2016), aumentar el rendimiento nanciero (Roberts y Dowling, 2002;
Brammer y Pavelin, 2006; Hwee y Wight, 2009; Bergh, Ketchen, Boyd, y Bergh, 2010; Bear, Rahman
y Post, 2010; Fernández-Sanchez, Luna-Sotorrío y Barabiar-Díez, 2012; Raithel y Schwaiger, 2015;
Liu, Verdenburg y Steel, 2019), vencer a los competidores, mejorar sus perspectivas de mercado y la
rentabilidad (Roberts y Dowling, 2002), facilitar la retención de clientes y aumentar su satisfacción
(Siano, Kitchen y Confetto, 2010) y obtener una cobertura mediática favorable (Fombrun et al., 2000).
Además también se debe considerar la relación que la reputación tiene con otros activos intangibles
de las organizaciones como la Responsabilidad Social Corporativa (Vlastelica, Kostic, Okanovic y