Lidia Sabater Pérez
ENTORNO PERSONAL DE APRENDIZAJE MÓVIL (M
-PLE)
3C TIC (Edición 19) Vol.5 – Nº 4
Diciembre’16 – marzo ‘17, 19 - 37
Área de Innovación y Desarrollo, S.L.
ISSN: 2254 – 6529
DOI: http://dx.doi.org/10.17993/3ctic.2016.54.19-37
2013). Un ejemplo y una de las metodologías más famosas en este sentido es el e-learning,
que:
Es una modalidad de enseñanza-aprendizaje que consiste en el diseño, puesta en
práctica y evaluación de un curso o plan formativo desarrollado a través de redes de
ordenadores y puede definirse como una educación o formación ofrecida a individuos
que están geográficamente dispersos o separados o que interactúan en tiempos diferidos
del docente empleando los recursos informáticos y de telecomunicaciones. (Area y Adell,
2009 pp. 392).
Como consecuencia, las tecnologías de la información y la comunicación se convierten en un
elemento clave en nuestro sistema educativo (Barroso y Cabero, 2013). Se crean entornos
virtuales, conocidos como VLE (Virtual Learning Environment), basados en LMS. Son sistemas
de gestión del aprendizaje que permiten la creación de espacios, como por ejemplo uno
dedicado a una asignatura en concreto, y se accede a los materiales asignados para ese
curso, mensajes y notificaciones, y el acceso a los calificaciones y transcripciones… (López,
2015)
Se van creando de cada vez más entornos abiertos, flexibles, innovadores (Salinas, 2012), que
dan más protagonismo al alumno que se hace más activo y autónomo. En este sentido,
aparece el concepto de desarrollo de un entorno personal de aprendizaje, más conocido
como PLE, concepto que ha surgido gracias al desarrollo notable de las herramientas Web
2.0. Las plataformas de aprendizaje han ido incorporando sus propias versiones de
herramientas típicamente 2.0 y/o facilitando la integración con servicios externos: titulares
RSS, favoritos compartidos, blogs, wikis, incrustación de elementos multimedia, etiquetas o
tags, redes sociales, etc. (Adell, 2013; Area y Adell, 2009; Castañeda y Adell, 2013; Marín,
2014) compuesto por distintas herramientas búsqueda, adquisición y gestión de la
información; herramientas para la transformación de la información; herramientas de
comunicación con otras personas y de difusión (Adell, 2013).
Bien es cierto que la tecnología avanza de cada vez más rápido y a la escuela le cuesta
adaptarse (Schadenbauer, 2008); tanto por falta de dotaciones tecnológicas como humanas
y, sumado a ello, capital que haga frente (Trigueros García, 2011). Por ello hay que aunar
esfuerzos para avanzar en el mundo de la tecnología educativa, puesto que posibilita el
aprendizaje cooperativo, colaborador, activo y autónomo (Moss, 2014); además, podemos
aprender en cualquier sitio y momento, añadiendo la facultad de ubicuidad (García, 2013;
Moss, 2014; Sampson, Isaias, Ifenthaler y Spector, 2013) y por consiguiente la
personalización del aprendizaje (Tourón, Prieto, Daniels, & Santiago, 2014) gracias al uso del
dispositivo móvil (m-learning).
Para poder comprender a qué volumen se enfrenta la tecnología educativa en cuanto a las
características de la sociedad y medios, se ve en la figura 3 que la tecnología de la
información y comunicación forma parte de la sociedad actual. En dicha figura se presentan
unas cifras relacionadas con la Sociedad de la Información y el Comunicación y ellas
respaldan la necesidad de una educación actualizada a sus demandas: